La cantidad de agua mínima recomendada al día para adultos es de 2 litros. (es una cantidad mínima recomendada, la cantidad varia según edad, sexo, tipo de alimentación,…)
El agua es esencial para la buena salud, pero las necesidades de cada persona son diferentes.
Es importante beber agua durante el día. Antes de tener sed, ya que la sensación de sed, es una alerta de falta de agua en nuestro cuerpo, sería importante adquirir unos hábitos y pautas de hidratación durante el día.
Por ejemplo unas rutinas para acordarnos de beber, como lavarse los dientes después de las comidas. Según el ritmo de vida, trabajo,… cada uno podemos “hacer nuestras pautas” para llevar una correcta hidratación.
Tenemos que tener presente que todas las actividades que realizamos a lo largo del día consumen agua de nuestro organismo y, por tanto, es necesario reponerla para mantener una buena hidratación, y no llegar a una deshidratación (dolores de cabeza, cansancio, falta de concentración,…)
De la cantidad total de agua que deberíamos ingerir a lo largo del día, entre el 70 y el 80 por ciento debe ser proporcionada por la bebida y entre el 30 y el 20 por ciento por los alimentos como frutas y verduras.
El agua es el componente principal del cuerpo, y este depende del agua para sobrevivir.
Todas las células, los tejidos y los órganos del cuerpo necesitan agua para funcionar bien. (Mantener la temperatura corporal, lubricar y acolchar articulaciones, proteger tejidos,…)
En determinadas situaciones nuestro cuerpo necesitara más cantidad de agua:
Un clima caluroso o húmedo puede hacerte sudar y eso significa que necesitas tomar más líquidos, ya que la pérdida que hay es mayor.
La deshidratación también puede presentarse a gran altitud.
El cuerpo pierde líquidos cuando hay fiebre, vómito o diarrea o diferentes patologías.
Las mujeres embarazadas o en período de lactancia necesitan más líquidos para mantenerse hidratadas.
Si realizas cualquier actividad que te hace transpirar, necesitas beber más agua para compensar los líquidos perdidos. Es importante beber agua antes, durante y después de hacer ejercicio.
Existen varios factores que influyen directamente en las cantidades a ingerir como el tipo y duración de la actividad física, las características del ambiente y las cualidades propias de cada individuo.
Si el ejercicio que realizamos es intenso y dura más de una hora, es recomendable, además de hidratarse con agua, ayudarnos con una bebida isotónica puede reponer a tu sangre los minerales (electrolitos) perdidos a través del sudor.
Las necesidades de agua pueden variar en cada individuo de acuerdo con diversos factores como: la edad, el sexo, la intensidad y duración de las posibles actividades físicas que realicemos, las altas temperaturas y la humedad ambiental, el tipo de ropa y la tasa de sudor individual de cada persona.
Todos estos factores condicionan la cantidad de agua que deberíamos beber diariamente, hasta el punto de llegar a incrementar entre dos y seis veces las necesidades hídricas diarias de nuestro organismo.
Cuando no se repone el líquido perdido durante el desarrollo de una actividad física o deporte se llega a un estado de deshidratación que puede desembocar en efectos secundarios que repercuten, no sólo en la disminución del rendimiento físico sino tener graves consecuencias para nuestra salud, como el golpe de calor.
Para la práctica responsable y segura de cualquier deporte, y así logrando un mayor desempeño físico, es fundamental mantener unos hábitos y pautas de hidratación adecuados.
Tener sed ya podría ser un síntoma de deshidratación. La sensación de sed es una alerta.
Una buena hidratación es fundamental para que nuestro cuerpo trabaje y responda a nuestras actividades y necesidades diarias de forma correcta.
En AsZ Distribución, disponemos de diferentes isotónicos para la práctica de ejercicio.
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